martes, 30 de junio de 2015

Deva.

Al llegar a Deva fuimos recibidos por una familia muy especial. Ellos nos llevaron a su pequeño pueblo a unos pocos kilómetros de Deva.

Padre, Madre y hija son rumanos pero hablan español (entre otros idiomas). Ellos forman una familia muy auténtica y han viajado por muchas partes del mundo, lo cual es muy divertido para nosotros porque cuentan muchas anécdotas de sus viajes.

Su hija (Alexandra) tiene un diploma como ciudadana de honor de la ciudad de Deva, y es famosa por sus exóticos viajes y sus subidas a algunas de las montañas más altas del mundo junto a su padre. La última hazaña que están realizando Padre e Hija es subir a los 7 cráteres más altos de cada continente. Sólo les queda por subir el de la Antártida.

Ellos son muy habladores e interesantes, y nos cuentan mucho de la historia y costumbres rumanas. ¡Es una gozada charlar con ellos!

Por una calle camino a la casa. Las abuelas controlan quién entra y quién sale del pueblo. ¡Son muy curiosas y alegres! Me encantan estas viejitas.

Compramos huevos a una viejita y nos enseñó su corral. Los montones de paja son como los de las figuritas del belén y están por toda Rumanía.

Las gallinas pasean libremente por todo el pueblo.

Fuimos al bar del pueblo a tomar una cerveza. Lo del fondo con la Wolsvagen es el bar.

Tomando una cerveza rumana de 2,5 litros.

El baño es exterior.

Y esto es lo que hay dentro. Interesante ¿Eh?

Por la mañana un buen desayuno con beicon frió, tomates, quesos, y pate de berenjena.

Dan, el padre, colecciona piedras que encuentra en la montaña. Esta es un triceratops.

Foto de Dan y Alexandra en una de sus hazañas. Rumanía les ayuda económicamente en algunos de sus viajes.

Fuimos a Hunedoara (un pueblo cercano) y vimos el castillo de Corvinilor. Dicen que es uno de los 10 castillos más bonitos de Europa.

Más bonito que yo si que era.



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