sábado, 20 de junio de 2015

De camino a Bratislava

Después de despedirnos de Karen y Fran, los couchsurfers que nos acogieron, nos fuimos a la carretera con la intención de cambiar de país haciendo autoestop hacía la capital de Slovakia; Bratislava.
Mira, este lleva más kilos yo en el lomo.

Preparativos para el autoestop

cuando hacemos autoestop, hay veces que tenemos que esperar bastante antes de que alguien nos recoja. Yo uso ese tiempo para pensar en mis cosas, meditar, o incluso componer. Si pincháis el siguiente vídeo podéis ver el "Hip-hop-stop"




A los conductores no debió de gustarles mi rap, así que no nos paraban y decidimos coger un autobús. Para llegar a el tuvimos que andar cargados con nuestra mochilas casi 12 kilómetros, lo cual ya se puede decir que es un ejercicio para nuestras piernas.

Como llovía, estrenamos por fin nuestras fundas impermeables para la mochila.

Parecíamos tortugas ninja.

De casualidad encontramos el museo del artista local que decoro la planta de reciclaje.

Museo del artista... Aunque no se aprecia muy bien en la foto, la verdad es que es bastante original.


Una vez en el autobús, llegamos a Bratislava sin más percances, aunque algo más tarde de lo que hubiéramos deseado al principio del día. Allí no teníamos couchsurfing y teníamos que encontrar un albergue todavía.

En el autobús

Paisaje austriaco desde el autobús. Muchos campos de trigo y alfalfa, decorados con molinos de viento.

Cruzando la frontera.

¡HOLA BRATISLAVA!


Fue entonces cuando Carmina me propuso hacer acampada salvaje esa noche. Yo pensé que era una locura en una gran ciudad como Bratislava, pero buscamos por el google maps alguna zona boscosa y encontramos una muy grande a pocos kilómetros de la ciudad. Y allí que nos fuimos a pasar la noche, ocultos entre los arboles.

Buscando el lugar adecuado

Este bosque prometía

Fue un momento mágico cuando pusimos la tienda y s nuestro alrededor revoloteaban las luciérnagas verdes fosforito.
No fue tan mágico cuando nos dimos cuenta de que el bosque era un criadero de mosquitos. Se pusieron las botas con nosotros.

Tomando un cafetito en el bosque

Recogiendo la tienda muy temprano.

Nuestro campamento estaba oculto entre los árboles.

Y de vuelta a la ciudad.


Volviendo a la ciudad vimos el verdadero Danubio. Lo del fondo parece un castillo.
¡Ya os sigo contando!

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