domingo, 28 de junio de 2015

Timisoara.

Aquí os dejo el recorrido de Budapest a Szeged que se me olvidó en la última entrada:


Para llegar a Timisoara (Rumania) elegimos hacer autoestop para sentir de nuevo la aventura en nuestros cuerpos.




Nos costó dos horas llegar a la frontera... y dos horas más de la frontera a Timisoara... Fueron unas largas horas de espera, pues no pasaban muchos coches y hacía mucha calor.

Primera etapa del recorrido Kiszombor, en la frontera de Hungria con Rumanía.

Adiós Szeged

Una mujer mayor nos recogió y nos llevó a la frontera. No entendíamos nada de lo que decía, pero sin duda era una buena mujer.
Cuando llegamos a la frontera almorzamos.

Preparativos para ir a Timisoara.

Haciendo dedo. El calor era asfixiante.

¡En Rumania! El hombre que nos recogió (a la derecha de la foto) era un Rumano que sabía Italiano. ¡Era muy amable y nos entendimos para hablar con el durante el viaje!

De nuevo teníamos que cambiar moneda.

Llegamos sanos y salvos a Timisoara. Detalle de un reloj floral en un parque.

¡un 10 para el hombre que nos cogió en la carretera!

Con Oana, nuestra anfitriona couchsurfer en Timisoara. ¡Una chica muy alegre y simpatica!

Con la familia de Oana. ¡Aquí enseguida nos sentimos como en casa!

La madre de Oana nos sirvió la comida que había preparado

Un  plato de "Ciorba" Una sopa de verduras.

Para segundo plato las mismas verduras pero sin ser sopa... y con ajo. ¡Estaba bueno!

Nos dejaron unas bicicletas y fuimos paseando al centro


Fuimos a una quedada de amantes del Tango (Milonga) Para disfrutar bailando o viendo Bailar este baile argentino

Paseamos por el centro

Sinagoga



Probamos la cerveza local: Timisoriana.

Y degustamos este plato: Masa de crepes envolviendo verduras con hígado de pollo acompañado de más verduras y salsa de yogurt. Buen plato aunque muy pesado. No pude terminarlo pero pedí un "taper" y lo comí al día siguiente el resto.

Baño de mujeres
Y baño para barbudos. ¿Donde mean los hombres que se afeitan?

La catedral por la noche

Ya desde la primera hora de la mañana el ambiente es muy amigable en casa de Oana.

La casa esta a las afueras. Tiene jardín, terraza, huerto... ¡Me sentí muy relajado allí!

¡Tuvimos suerte de encontrar a Oana por couchsurfing!



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