A pesar de la advertencia del hombre de Beirut de que los Alemanes no suelen parar a los autoestopistas, Nosotros abandonamos Kall con la intención de llegar a Weilerswist haciendo autoestop.
Es verdad que no fue fácil. Primero tuvimos que andar unos cuantos kilómetros hasta encontrar el sitio ideal, y luego esperar un poco. Pero cuando nos pararon, nos pararon a lo grande. Fue una pareja muy marchosa que nos hacían reir constantemente con sus bromas. (Creemos que venían de un concierto de rock) Nosotros no les entendíamos mucho por problemas de no saber alemán ni mucho inglés, pero eran la mar de simpáticos.
Ellos nos llevaron hasta un McDonals a unos 4 kilómetros de Weilerswist y nos ofrecieron chocolatinas, agua... ¡Y hasta nos preguntaron que si necesitábamos dinero!
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Dinero les dijimos que teníamos... pero las chocolatinas las cogimos. |
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Descansando en el McDonals |
Tras descansar, fuimos a buscar algún lugar donde poder acampar. Ya que nuestra couchsurfer de Weilerswist no nos podía acoger hasta el día siguiente.
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Viendo esta pintura me entro la inspiración. Había que buscar el río y acampar al lado. |
Si quieres tu algún día hacer acampada libre, tienes que saber que en muchos países es ilegal. (Alemania esta entre ellos) Lo que nosotros hicimos para evitar encuentros inesperados con la policía alemana fue lo siguiente:
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Primero y lo más importante: BUSCA UN SITIO DISCRETO. Al lado de este puente había poca visibilidad. Perfecto. |
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No te olvides de las provisiones |
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Esta genial tener herramientas para poder cenar como un señor. |
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Si hay agua al lado... mejor que mejor. así te puedes asear por la mañana o lavar las cucharas de la cena. |
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SEGUNDO: Espérate a que este apunto de hacerse de noche para plantar la tienda. |
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TERCERO: Madruga. Quita la tienda antes de algún tiquismiquis llame a la policía. |
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¡ESTOY CONTENTO DE HABER GASTADO POR FIN LA TIENDA! |
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De madrugada nos envolvió una densa niebla y nos helamos un poco. Así que nos refugiamos debajo del puente. |
Tras entrar en calor, caminamos hacía la casa de Heike, nuestra siguiente couchsurfer. Su casa no estaba en Weilerswist, sino en un pueblo vecino, y caminamos otros 3 kilómetros hasta llegar a ella.
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¡Por fin estábamos en casa de Heike! |
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Tras ducharnos, Heike nos preparó una rica cena vegetariana. Mozzarella, humus picante, ensalada y las tortitas de la foto. |
¡Y Mañana por la mañana nos vamos a Colonia para regresar a esta casa a dormir por la noche! ¡Ya os cuento!
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