Seguimos con Rosi, Eli, y sus amistades y la verdad es que me siento como si fuera un hijo adoptado. No se puede pedir más.
Mañana por la noche nos encontraremos con Núria, de Sant Quirze de Besora, que nos llevará a su pueblo desde Vic.
En el momento de escribir esta entrada para el Blog, siento una extraña sensación. Una mezcla de alegría y resignación por tener que abandonar Vic. Alegría por todos los momentos buenos que estoy pasando. Resignación porqué todo a de quedarse atrás, como el imperdonable tiempo... Pero se que es una sensación a la que debo acostumbrarme. Hoy aquí, mañana allá.... ¡Me quedo con los buenos recuerdos!
Aun quedan más de 30 horas para abandonar tan generosa ciudad pero no puedo esperar más... ¡GRACIAS VIC! ¡GRACIAS A TODOS!
Por la tarde fuimos a Taradell, un pueblo muy próximo. Estuvimos paseando (a veces bajo la lluvia) y pudimos sacar algunas fotos:
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