martes, 3 de febrero de 2015

¿Cuánto tiempo vamos a estar fuera?

Eso si que es una incógnita. ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Un año? Creo que todo dependerá de como nos lo estemos pasando.

El nuestro es un viaje moldeable como la plastelina. Seremos flexibles con nuestros destinos y de igual forma seremos flexibles con el tiempo empleado en cada uno de ellos. Moldearemos figuras por el camino, y las desharemos con la misma facilidad. Como si fueramos niños. Sin reglas. Sin ataduras.

Por fortuna, ni Carmina ni yo nos vemos sujetos a ligaduras externas. Ni tenemos hipotecas, ni hijos, ni trabajos donde tener que fichar un día concreto. Eso nos facilitará las cosas. Solo tenemos que ponernos en marcha... y que el destino se encargue del resto.

Osea, sabemos cuándo saldremos, pero no cuando regresaremos.

Y ya veis, ojalá pudiera ser más concreto, pero no soy vidente, y no se que nos deparará el futuro.

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